Observo muchas veces la
reacción de desaprobación de las mujeres cuando les recomiendas el trabajo
muscular con pesas o cuando les comentas que estaría bien que usaran pesos más
grandes. Ante sus varias respuestas (en
contra), hay dos que me hacen recapacitar sobre el trabajo que queda por
delante con ellas:
- Yo musculo muy rápido y
se me ve muy grande.
- No quiero parecer una
“machorra”.
Asociamos con demasiada facilidad el utilizar las pesas
a cuerpos muy musculados y rápidamente se nos viene a la cabeza la imagen de
una chica profesional del culturismo. Y no es así, aunque con el tiempo parece
que hemos de dar la razón a J.Goebbels, quien dijo: “una mentira repetida mil
veces, se convierte en verdad”. Descarguemos a ellas de una parte de responsabilidad. Los monitores o
profesionales del fitness también tenemos nuestra parte de culpa a la hora de no
haber sabido derribar estos mitos que, con el tiempo se han construido y han
constituido un obstáculo para que las mujeres se beneficien del entrenamiento
con pesas.
Si realizamos una rutina únicamente cardiovascular,
sin fortalecer los músculos o sin endurecer el tejido cutáneo para mantenerlo
elástico y tonificado, seremos incapaces de evitar la flacidez corporal, ya que
el cuerpo utiliza como combustible tanto las grasas, los hidratos de carbono, así
como los aminoácidos de la proteína, que es de lo que está constituido el músculo.
Pero cuidado, no caigamos en el error de pensar que con el trabajo solo muscular,
la grasa se convierte en músculo, al igual que no convertimos el metal en oro.
Estos son dos tipos de tejidos diferentes
y que para conseguir un cuerpo tonificado debemos llevar esta
transformación, complementando tanto el trabajo muscular en el entrenamiento
como la eliminación de grasas con el ejercicio cardiovascular.
Existe también la idea de asociar el trabajo muscular
a la falta de flexibilidad, otra barrera más que se impone para su trabajo. N ada
más lejos de la realidad, no tiene por qué asociarse musculatura con rigidez,
tanto la fuerza como la flexibilidad es recomendable trabajarlas a la par, ya
que conseguiremos que nuestros entrenos tengan un plus de calidad, evitaremos
lesiones y desgarros musculares, además de activar la circulación de la zona
trabajada, ayudando a su recuperación post-entrenamiento.
Una vez que conseguimos que se realicen las rutinas
musculares, podemos encontrarnos en que se realizan con un peso muy liviano,
que nunca se aumenta. El entrenamiento con las cargas y las repeticiones
adecuadas nos ayudan a realizar entrenos equilibrados y eficaces, que se
reporta en un cuerpo más tónico y evitando las descompensaciones entre parte
superior e inferior. Estas rutinas de alta intensidad consiguen un metabolismo
quemador de grasa posterior al ejercicio, que puede durar entre 12 y 48 horas, y
que se traduce en una pérdida de peso más rápida (si es nuestro objetivo) o en ayudar
a controlar el peso corporal con mayor facilidad.
Tanto chicas como
monitores, olvidémonos de entrenamientos con pesas pequeñas, de entrenos que no
nos ayudan a acercarnos a nuestro objetivo.
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